CASOSAISLADOS

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Los hechos se remontan a principios del año 2006, cuando Francisco Gómez Rodríguez, hermano mayor de la Hermandad del Rocío de Jerez de la Frontera, entregó personalmente a Pedro Pacheco una carta "solicitando ayuda económica para acondicionar la casa de la Hermandad en la Aldea del Rocío, en Almonte", con motivo del 75 aniversario de la Hermandad que tendría lugar en mayo de 2007. Tras numerosas reuniones con Pacheco, se considera probado que Pacheco, como delegado de Urbanismo, decidió "que el Ayuntamiento de Jerez de la Frontera asumiera el coste íntegro de las obras y que se elaborara por un técnico municipal el correspondiente proyecto de obra", que fue elaborado por el arquitecto municipal y contó con un presupuesto de 295.047,61 euros. Posteriormente, el gerente de Urbanismo, Luis Cruz de Sola, comunicó al arquitecto municipal que el proyecto de obra mayor debía cambiarse por uno de adecentamiento. Este presupuesto valoró las obras de ejecución en 77.740 euros.

En una reunión posterior, en enero de 2007, Pedro Pacheco decidió que Urbanismo financiara las obras mediante obras menores municipales ficticias, según estima la sentencia que refrenda ahora el Supremo. Así, se decidió que la obra de la casa de la Hermandad se financiase "mediante la facturación falsa de obras menores de los Planes Especiales Norte y Sur de Jerez de la Frontera.

Para poder adjudicar directamente las obras de mejora "que nunca hubo intención de realizar", se procedió a fraccionar su coste para que así quedasen siempre en el umbral del contrato menor. La empresa Jerecom S.L. se encargó de emitir hasta 119 facturas falsas con cargo a esas obras menores de los Planes Norte y Sur. El gerente de la empresa, José Grimaldi, llegó a presentar facturas en la Gerencia de Urbanismo por una cuantía de 446.097,88 euros "pese a que las obras de la Casa de Hermandad ascendieron a 123.000 euros".

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